Seguro que alguna vez has oído hablar eso de que el latín es una lengua muerta. O incluso tu mismo lo has dicho. Pues bien, lo cierto es que esto es una verdad a medias… ¿No te has sorprendido nunca a ti mismo diciendo alguna que otra expresión en latín? Seguro que sí. ¿Y sabes qué? Hay un ámbito en el que, actualmente, el latín está muy vivo no pasa de moda: el jurídico. Efectivamente, los latinismos jurídicos se han mantenido en el tiempo y no es de extrañar: nuestro ordenamiento jurídico bebe del Derecho Romano. No obstante, cuando entran en juego diversos idiomas, se les plantea a los traductores algunos problemas, con lo que resulta de suma importancia conocer los latinismos jurídicos en traducción.
¿Qué son los latinismos jurídicos en traducción?
Un latinismo jurídico es un término o expresión que tiene su origen en el latín y se emplea en derecho para denotar conceptos legales precisos.
Estos términos continúan utilizándose, con lo cual, conocerlos es fundamental para quienes se dedican al derecho. Los traductores jurídicos no son una excepción, a quienes se les presenta algunas cuestiones. Especialmente, los nativos de lenguas romances, por ser lenguas provenientes del latín, a veces:
- damos por hecho que los conocemos bien,
- pensamos que no tendremos demasiados problemas para averiguar su significado,
- pensamos que el destinatario de la traducción lo va entender sin traducir.
¿Por qué se emplean latinismos jurídicos?
El uso de latinismos en derecho tiene sus raíces en la historia y la tradición del sistema legal. ¿Por qué siguen siendo una parte esencial del lenguaje jurídico en muchos países?
- Legado histórico: el latín fue el idioma utilizado en la antigua Roma, y gran parte del sistema legal moderno tiene sus raíces en el derecho romano.
- Precisión y claridad: es un lenguaje preciso y, por tanto, ideal para expresar conceptos legales complejos de manera clara.
- Uniformidad y estandarización: permite establecer una terminología estándar que se aplica de manera uniforme en el ámbito legal. Además, evita las confusiones que podrían surgir debido a las diferencias en los sistemas legales de cada país.
- Tradición: el uso de latinismos es una manera de mantener una conexión con las bases históricas del derecho.
- Evitar cambios constantes: cambiar los términos por equivalentes en el idioma moderno generaría confusiones y una actualización masiva de documentos.
¿Cómo se traducen las expresiones latinas jurídicas?
La respuesta no es exacta.
La tendencia más habitual es dejarlos en latín, cuando se sabe que van a seguir siendo entendidos en el país y destinario donde se va a entregar la traducción. En otros casos, como cuando su significado jurídico va más allá de la traducción literal o tienen un valor universal, tampoco se traducen.
Sin embargo, en algunos casos es una opción traducirlos (en español, algunos de los latinismos tienen traducción) o cambiarlos por una expresión más cercana cuando el destinatario sea un lector no experto en derecho.
Por lo tanto, lo ideal sería pensar en el cliente: ¿Qué preferirá? ¿Mantener la rigidez jurídica? ¿O que el texto sea entendido y transmitido de forma clara y natural? El traductor se hace cargo de actuar como mejor piense que será el resultado, además de contactar con el cliente en caso de duda.
¡Pero lo que sí tiene que hacer un traductor sí o sí es tener mucho cuidado cuando encuentre uno y no presuponer su significado! Podría no significar lo que cree.
8 latinismos junto con su significado
Para que no cometas errores, te presentamos 8 latinismos junto con su significado.
- Ad hoc: «para este fin». Se emplea para designar algo que ha sido creado específicamente para un propósito particular, sin tener aplicabilidad general.
- Bona fide: «de buena fe». Se emplea para describir a una persona o entidad que actúa sin intención de cometer un engaño.
- De facto: “de hecho”. Se utiliza para describir una situación o estado de cosas que existe en la práctica o en la realidad, aunque no esté respaldada oficialmente.
- Habeas corpus: Se refiere al derecho de cualquier ciudadano de presentarse ante un Juez para determinar la legalidad de su arresto, protegiendo a las personas contra detenciones arbitrarias o ilegales.
- Quid pro quo: «algo a cambio de algo». Se utiliza para describir un intercambio o acuerdo en el que una parte recibe algo a cambio de proporcionar algo de valor similar o equivalente.
- Sine qua non: «sin la cual no». Hace referencia a una condición indispensable que debe ser cumplida ante cualquier acto o procedimiento. Es un requisito necesario sin el cual no se puede lograr un resultado deseado.
- Ultra vires: «más allá de los poderes». Se usa para indicar que la autoridad de una entidad o individuo actúa más allá de los poderes que le han sido concedidos .
- Vocatio legis: «llamado de la ley». Es el principio por el cual una norma es aplicada en un caso específico.
Los latinismos jurídicos, parte esencial del Derecho
A pesar de vivir en un mundo moderno, el empleo de latinismos en el ámbito jurídico es aún hoy en día muy habitual. ¡Han logrado mantener su presencia de forma significativa a lo largo de la historia del derecho! Con lo cual, comprenderlos es un deber fundamental no solo para abogados, jueces y estudiantes de derecho, sino también para cualquier profesional relacionado con el ámbito legal, como son los traductores jurídicos.
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