La inteligencia artificial dispone cada vez de capacidades más grandes, lo que está causando, a su vez, grandes cambios en todos los sectores. Lo cierto es que IA sirve, actualmente, de ayuda en servicios que, en el pasado, solo podían ofrecer los humanos. Y el sector jurídico no podía escaparse de ello: actualmente, por ejemplo, es posible solicitar un asesoramiento jurídico a la IA. Aunque siempre bajo una supervisión, ojo. De la misma manera, el uso de la IA en las traducciones jurídicas, también puede ser de ayuda siempre y cuando haya un profesional humano de por medio. ¿Por qué? Te lo contamos más abajo:
5 aspectos que tienes conocer antes de usar la IA en las traducciones jurídicas
1. La IA no asume la responsabilidad legal
El traductor humano es el responsable jurídicamente de su servicio, lo que contribuye a proteger a todas las partes implicadas. Si bien la IA puede ayudar en la traducción, es imprescindible que un revisor humano se responsabilice legalmente de la traducción, pues la IA no puede:
- Ser demandada
- Recibir sanciones
- Ser procesada por desacato al tribunal
- Recibir penalizaciones
2. La IA no tiene pensamiento crítico
A la hora de realizar la traducción jurídica, la capacidad de pensamiento crítico es algo fundamental. La IA no puede razonar como lo harían los traductores humanos especializados en el sector jurídico, pues:
- La IA no tiene experiencia.
- La IA no conoce el contexto sociocultural.
- La IA no sabe que las leyes pueden variar entre países.
- La IA no conoce la terminología jurídica ni las diferencias terminológicas entre los diferentes países.
- La IA no se adapta a la estructura de las oraciones en los documentos jurídicos. Es decir, no sabe que mientras unos idiomas emplean la voz pasiva, oraciones largas, complejas y compuestas, otros idiomas optan por el uso de la voz activa o de oraciones cortas.
- La IA no garantiza la coherencia en los textos.
3. La IA no puede solucionar sus propios errores
Una traducción jurídica ha de ser precisa y sin errores y la IA, en ocasiones, puede ofrecer información incorrecta y errores, lo que puede traer consigo problemas devastadores. Por ejemplo:
- Un contrato sin efecto.
- Una aplicación errónea de la ley.
- Un testamento sin fiabilidad.
4. La IA no está entrenada en todas las lenguas
La IA todavía no está perfectamente entrenada para traducir todas las lenguas, especialmente lenguas minoritarias. Por eso, un traductor humano con experiencia es crucial en el proceso de traducción jurídica.
5. La IA no puede encargarse de la seguridad de los documentos
La IA tampoco puede ocuparse de la transferencia de documentos de manera segura. Normalmente, los documentos jurídicos deben estar protegidos. Además, las leyes de un país pueden impedir la transferencia de algunos datos tanto fuera de sus fronteras.
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